A través de una entrevista en Radio Clásica, nos encontramos con una artista que no puede dejar a nadie indiferente. No es nada conocida por el gran público, pero tras escuchar su música jamás se olvida. Se trata de Fátima Miranda. Posee una larga carrera que empezó en el Taller de Música Mundana del vanguardista Llorenç Barber y se desarrolla ahora ofreciendo espectáculos -performance asombrosos con una música diferente, inclasificable, contemporánea. Una especie de gritos, sobreagudos, ruidos, sonidos guturales, pero con una armonía y gusto difíciles de explicar. Y además, no con divismo sino con mucho humor. Así describe su último espectáculo en una entrevista en Público: "Yo voy sentada en un sillín, como de una bici, a cuatro metros de altura. Todo va apoyado en una estructura circular con ruedas, de tal manera que accionando los pedales todo se mueve. Yo soy pequeña, pero la gente me ve como una fuerza de la naturaleza". Imprescindible visitar su preciosa web, donde, aparte de que se regocijen sus sentidos, podrán descargar algunas de las piezas más representativas de sus discos y partituras gráficas como ésta.
Lo dicho: pruébenlo, y verán como no sólo no lo olvidan sino que repiten. Como todas las cosas buenas de la vida.
Lo dicho: pruébenlo, y verán como no sólo no lo olvidan sino que repiten. Como todas las cosas buenas de la vida.
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